El nombre de Dios es una matriz de números

El nombre de Dios es una matriz de números que configura realidades tan diversas como el ADN, los pilares de las matemáticas y antiguos sistemas de creencias que siguen vigentes hoy en día.

Si hay algo que diferencia nuestra época actual de otros periodos de nuestra historia es la abundancia de información. Nunca antes ha habido tantos recursos informativos a nuestra disposición: libros, internet, foros, TV... Irónicamente tampoco antes hemos padecido de tanta incertidumbre. 

El exceso de información nos empacha, pero no nutre las certezas, ni los pilares de nuestras creencias. Hoy en día hay muchas personas que no tienen claro en lo que creen, simplemente se dejan llevar por esta ola de sobre-estimulación en la que surfea nuestra cultura. Y entonces, cuando llegan esos inevitables momentos en los que la vida nos abofetea, surgen las depresiones y las crisis existenciales.

Uno de los conceptos que ha quedado atrapado en esta red de información ha sido el de un creador, y lo llamo creador porque dios es una palabra tamizada de excesivas connotaciones religiosas, y estos libros no lo son: Los versos de Pandora y La firma de Dios. Sin embargo, la gran pregunta sigue vigente ¿de dónde hemos venido?, ¿por qué estamos aquí?

El creador es la piedra angular desde la que se edifica la realidad, y la clave para dar un sentido a nuestra existencia. Sin embargo, Dios ha tenido la costumbre de transitar discretamente tras las bambalinas, interactuando con los personajes del escenario con la discreción de un apuntador, invisible a los espectadores, quienes, atrapados por la narrativa, intuyen con inseguridad que quizá pudiera haber un guion dirigiendo sus vaivenes emocionales. Sin embargo, el artífice de esta obra nunca se presenta en el escenario, salvo quizá al final cuando tocan los aplausos.

He tenido la fortuna de fijarme en el cartel de esta maravillosa obra de teatro, y ahí, entre sus créditos se encuentra la firma del director. Hay que fijarse, no dejarse deslumbrar por los protagonistas de la película, ni dejarse atrapar por su suculenta narrativa, ni rebuscar entre la continua retahíla de títulos de crédito que contribuyen a su producción. Ahí, en un lugar tan discreto como protagonista se encuentra la firma del autor de esta obra de arte que conforma nuestra existencia.

Así que para presentar y compartir toda esta investigación he escrito dos libros: Los versos de Pandora y La firma de Dios.

Los versos de Pandora presenta un análisis de todo el conocimiento humano disfrazado de extensa novela histórica y de aventuras. Plantea un viaje de iniciación que culmina en el Nombre de Dios. Leer más...

La firma de Dios presenta directamente la investigación sobre el nombre de Dios, con información complementaria y actualizada respecto a Los Versos de Pandora. Hacía falta otro formato de divulgación más conciso que sintetizara los fascinantes intríngulis de la matriz, máxime en este mundo en el que el recurso más escaso es el tiempo. Leer más...

El propio Nombre de Dios resulta impronunciable porque básicamente se trata de una fórmula. Se trata de una estructura. Y tampoco se pronuncia con palabras. El nombre de YHVH realmente es un conjuro de invocación que permite que nuestros deseos se hagan realidad. Leer mas…

 

El nombre de Dios es una matriz de números.

El desarrollo de lo expuesto en Los versos de Pandora y La firma de Dios debería ser suficiente para afirmar que la matriz descrita es el Nombre de Dios, y por lo tanto se podría considerar SU firma, porque, bien pensado… ¿dónde ubicaría el creador su sello?, ¿que lugar mas universal, atemporal y omnipresente que los propios números? Los números no son patrimonio del ser humano, son estructuras inherentes a la realidad. 

 


 


Los números constituyen la semántica de la creación.

En mi opinión, la forma de las cifras esquematiza líneas de energía y configuraciones que expresan el significado de los números que representan. También ayuda la propia interpretación de sus sumandos. Vamos a ilustrar un esbozo de esta peculiar gramática de la creación.

 

LA ENERGÍA:

Los primeros tres números sintetizan la manifestación de la energía: 1, 2 y 3

 

El UNO es el principio, la causa primera, la esencia, la energía primordial.

  • El número uno resalta el inicio, lo esencial, el origen.
  • Es el punto. Es estático.
  • A partir del uno se crean todos los números. Y todos los números se descomponen en unos, sin excepción. La masa y la energía no se crean ni se destruyen, solo se transforman, como el uno.
  • Posibles significados: Estático. Adelante. Lo esencial. Potencialidad.
  • Los números son líneas de energía, y las cifras que los representan no pueden evitar resemblar sus peculiaridades. El uno acarrea la intención primordial, es el principio, obviamente. Todo parte del uno.

 

 

El DOS es el reflejo del uno, la dualidad, la polaridad.

  • El número dos resalta lo complementario, el opuesto y la diversidad.
  • Es la línea. Es dinámico.
  • Con el dos nace la multiplicidad. Toda acción genera una reacción, el uno se refleja en el dos y de esta forma se dinamiza y se expande.
  • Posibles significados: Dinámico. Cambio. Complementario. Acción.
  • Todo ha comenzado en el uno, pero la trayectoria de la intención primordial genera un antes y un después. Se mira a sí mismo. En este espejo, el reflejo del uno regresa en otra dirección. Entonces nace la dualidad.

  

El TRES es el equilibrio de fuerzas, la estabilidad.

  • El número tres resalta la conjunción estable de tres fuerzas (1 + 1 + 1), es el punto de equilibrio entre los opuestos (2 + 1).
  • Es el plano. Es la tensión homogéneamente repartida, o sea la vibración, que es el equilibrio entre lo estático y lo dinámico.
  • Con el tres nace la estructura y la entropía, que es el estado de equilibrio de mínima energía posible.
  • Posibles significados: Quieto. Centro. Equilibrio. Interior.
  • La energía va y viene sin cesar, dudando cómo enfocarse, tratando de dar espacio a ese vaivén de idas y venidas sin que se produzcan interferencias. El tres equilibra las fuerzas, y ese mareo incesante calma su ánimo.

   


LA MATERIA:

Los segundos tres números expresan la manifestación de la materia: 4, 5 y 6.

 

El CUATRO es la forma, la manifestación física de la energía.

  • El número cuatro encierra la interacción de dos dinámicas contrapuestas (2 + 2), es un plano que se potencia en más dimensiones (3 + 1), y la expresión de la energía en base a 4 referencias (1 + 1 + 1 + 1), como los cuatro elementos o tantos otros ejemplos.
  • El cuatro es la forma. La condensación de la energía en materia.
  • Con el cuatro nace la materia y las dimensiones del espacio-tiempo.
  • Posibles significados: Presencia. Atención. Sentidos. Totalidad.
  • Una nueva dirección cobra forma, navegando por los puntos de equilibrio que ha estabilizado el tres. Así surge el cuatro y, con él, la forma puede manifestar una estructura consistente, determinando las dimensiones del espacio.

  

 

El CINCO es la vida, ni más ni menos.

  • El número cinco nace de la materia inseminada por la esencia (4 + 1), y la manifestación de fuerzas contrapuestas en equilibrio (2 + 3).
  • Es la vida. La materia imbuida de la esencia.
  • Con el cinco surge la vida y se configura el ser humano.
  • Posibles significados: Función, Vitalidad. Gratitud. Disfrute.
  • Las energías tropiezan con las rígidas estructuras de la materia, generando los más diversos resultados. La forma vibra al ser golpeada por la intención. Esa vibración desentumece su rigidez y la llena de vida. Ha nacido el cinco.

 

El SEIS es la evolución y el desarrollo de la vida.

  • El número seis resulta de la conjunción de dos estados de equilibrio (3 + 3), de la dinamización de la vida para su desarrollo y evolución (1 + 5) o bien de la transformación de la materia (2 + 4).
  • Es la evolución, no necesariamente en sentido darwiniano, sino como la transformación de un estado actual.
  • Mediante el seis la materia y la vida se transforman.
  • Posibles significados: Transformación. Intención. Posibilidades.
  • La intención se enrosca en varias direcciones, parecido a el dos. La vida aprende que puede evolucionar en muchos sentidos. El seis se arremolinaba captando o aportando energías, y dota a la forma de innumerables posibilidades de manifestación.

 


LA CREACIÓN:

Los terceros tres números expresan el poder de la creación: 7, 8 y 9.

 

El SIETE son las leyes del Universo, las partes que interactúan, el lenguaje.

  • El número siete expone las reglas del equilibrio de la materia (3 + 4), la interactividad de la vida mediante la comunicación y las relaciones (5 + 2) así como la consolidación de cada estado de transformación (1 + 6).
  • Establece la comunicación entre la vida y las diversas manifestaciones de la materia.
  • Mediante el siete la materia y la vida se relacionan. El siete configura el vocabulario de la creación.
  • Posibles significados: Magia. Comunicación. Armonía. Belleza.
  • Los remolinos se afectan unos a otros, se relacionan. Se equilibran y se definen según los torbellinos con los que interactúan. Adquieren identidad propia, el vocabulario con el que se expresa la creación. El siete representa las palabras de este incipiente lenguaje.

 

 

El OCHO es la conclusión de un ciclo y el renacimiento de otra forma.

  • El número ocho presenta dos versiones interconectadas de la manifestación de la materia (4 + 4), retorna la vida a su punto de equilibrio: muerte y renacimiento (5 + 3) y cambia el sentido de la evolución (2 + 6).
  • Representa el ciclo en el que se reescribe el mismo significado con otra forma.  El ocho estructura la gramática de la creación.
  • Posibles significados: Conclusión. Mensaje. Justicia. Renacimiento.
  • La forma se contempla de otras maneras: 4 y 4 suman 8, igual que 5 y 3, 6 y 2, o 7 y 1. Cada combinación aporta perspectivas, conjugando la gramática de este vocabulario. El ocho queda encandilado de su propia definición, mirándose arriba y abajo.

 

El NUEVE es el poder y la libertad de crear.

  • El número nueve indica la capacidad de la vida de actuar sobre la materia (5 + 4), de cuajar los procesos de transformación (3 + 6) y tiene el poder de afectar las leyes del universo (2 + 7).
  • Representa el poder de la creación. Es el Nombre de Dios. El nueve es el lenguaje de la creación. Es la conciencia.
  • Posibles significados: Voluntad. Conciencia. Significado. Poder. Creación.
  • La intención primordial libera el 8 de su infinito reflejo. El nueve llena el lenguaje de significado, y de esperanza, porque le otorga la libertad de crear. La intención, que se manifestaba en el uno, se crea con el nueve. El nueve representa la creación.

 

La forma y los sumandos de los números contribuyen a esclarecer sus posibles significados.

 


 

¿De dónde sale esta matriz? 

¿Y por qué la osadía de afirmar que es el nombre de Dios?

Han hecho falta dos libros para ilustrar esta cuestión: Los versos de Pandora y La firma de Dios. Sin embargo, he aquí un breve esbozo de uno de los argumentos. Este desarrollo en concreto está basado en la cábala, que es la disciplina que más ha profundizado en el Nombre de Dios. En los libros se exponen más.

 

  • El Nombre de Dios: YHVH, suma cabalísticamente 26: Yod (10), He (5), Vav (6) y He (5), que, según la gematría, es 8 (2+6), igual que el número de cifras de cada fila y columna de la matriz numérica.
  • Yahveh combina la energía masculina y femenina: YH, Yah (יה), significa Señor, y VH, Hava (חוה), la primera mujer.
  • La simetría de la matriz también muestra dos partes opuestas pero iguales. La tetraktys pitagórica aplicada al nombre de Dios da 72, como resalta el centro de la matriz (Y+YH+YHV+YHVH).
  • 45 es el número cabalístico del hombre ADM, Adán. Las filas 3 y 6 de la matriz suman exactamente 45.
  • La proporción dorada, Phi, aplicada al hombre da 72 (45x1,6).
  • Cada par de filas de la matriz separadas por las del hombre suma 72, y un total de 216, el número sagrado del poder de Dios (216 = 72x3 = 6x6x6).
  • El versículo 27 del Génesis cita: “Y creó Dios al hombre a su imagen y semejanza…”

Esto es apenas un esbozo de la investigación que presenta la novela “Los versos de Pandora” y el libro “La firma de Dios”.